Carlos Alberto Molteni: “Malvinas se perdió por la conducción superior”

El Capitán de Navío retirado Carlos Alberto Molteni, fue el jefe de la Primera Escuadrilla Aeronaval de Ataque durante la guerra de Malvinas. Treinta y dos años después revela que la preparación argentina fue buena, pero la defensa de las islas se realizó mal.

«La vocación es algo que se va creando en base a lo que uno va logrando». Foto: Santiago Suarez del Solar

A sus cuarenta años, mientras era Capitán de Corbeta, estuvo al mando de los diez aviones Aermacchi que operaron desde Puerto Argentino. La mañana nublada del 28 de mayo partió en una misión con el Teniente de Fragata, Carlos Benítez, en busca de un portahelicópteros inglés que se encontraba cerca de las islas. A causa de la escasa visión dada por la baja posición de las nubes, y la turbulencia, su numeral y amigo Benítez se estrelló y perdió la vida instantáneamente.

Debido a las responsabilidades como líder que fue y a su excelente espíritu combativo en misiones de apoyo aéreo, el Capitán fue condecorado por la Armada Argentina por “Honor al valor en combate”.

Hoy en día sigue trabajando para la Armada y le abre las puertas de su oficina en la calle Reconquista a quien esté interesado en conocer su historia. A sus setenta y dos años y entre los más profundo de su memoria, revive sus días en la guerra y sale a volar de nuevo. Pero esta vez  entre sus recuerdos eternos.

¿Por qué decidió entrar a la Escuela Naval y ser aviador?

Entré a la Escuela Naval porque vengo de una familia de marinos, mi tío es marino mi papá es marino. Nací en Puerto Belgrano, así que de chiquito nunca tuve ninguna duda de eso. Todos los Molteni que habían ingresado en marina eran ingenieros, y yo había entrado para ser como mi papá. Pero cuando ingresé se había anulado la escuela de ingenieros. Y ahí Se me dio por probar a ver cómo era la aviación. Y me fui entusiasmando, excepto por el primer vuelo que fue un desastre. La  vocación se fue haciendo, es algo que se va creando en base a lo que uno va logrando.

“NOSOTROS NO TENÍAMOS NI MEDIA POSIBILIDAD, ÉRAMOS LOS INTRÉPIDOS Y SUS MÁQUINAS VOLADORAS”.

 

¿Cómo es combatir estando en desventaja desde el punto de vista del armamento y equipo?

Nosotros no teníamos ni media posibilidad, éramos los intrépidos y sus máquinas voladoras. El Aermacchi al lado del Harrier no existe, y con los Pucará éramos mosquitos. Se puso muchísimo más pesado con la parada que hicieron ellos para reaprovisionarse con los norteamericanos. Los estadounidenses les dieron un misil aire – aire que solo ellos tenían y que era muy superior al que realmente se usaba. Este misil pegaba la vuelta y te pegaba de atrás, contra eso no se puede. Aparte de la capacidad que tiene el Harrier como avión de ataque que es muy importante.De un segundo al otro te corta el flujo de aire y lo tenés arriba.

¿Cómo es la relación que se establece dentro de la escuadrilla?

Es fantástico, porque en lo que son las relaciones humanas se crea una relación familiar. Yo habiendo sido Comandante de la Escuadrilla nunca tuve ningún problema ni con la gente ni con las órdenes, estaba todo claro. Trabajar con los infantes lo conocíamos y tener los inconvenientes de no operar en un aeródromo también. La sorpresa nuestra no fue lo que teníamos que hacer, fue que nos agarraron a los tiros, pero el resto lo sabíamos todo, estábamos bien preparados. Lo que cambia es cuando vos estás haciendo adiestramiento y ahora vienen y te matan a tiros.

 

¿Puede afirmar que en la «Operación Invencible», el portaaviones inglés del mismo nombre recibió impacto? Teniendo en cuenta que la Armada Británica sigue negando este hecho.

Si, tuvo impacto. La Armada británica siempre lo negó. Primero que todos los Exocet (misil), de los cinco que se dispararon hicieron impacto. En un momento uno de los aviones que lo atacaron tomo contacto, vio un blanco grande entró en distancia y le tiro a 19 millas. Con la salida del Exocet, cuatro aviones “A4” de la Fuerza Aérea empezaron a seguir la estela del misil. A dos los bajaron pero los otros  hicieron su aproximación al portaaviones, y cuando lo tuvieron en vista le tiraron. El que tiró último vio el impacto aparte de humo del que tiró antes. O sea que al portaaviones lo tocaron.

 “LOS CHILENOS LES DABAN EL HORARIO DE SALIDA DE NUESTROS AVIONES A LOS INGLESES”.

 

¿Qué papel jugó Chile en la guerra de Malvinas?

Los chilenos les daban el horario de salida de nuestros aviones a los ingleses. Entonces ellos tenían tiempo de poder despegar. Sin ese aviso los ingleses hubiesen tenido un desgaste infernal, porque los hubiera motivado a tener constantemente aviones en el aire. Cuando ellos tenían un pre aviso de que había salido un escuadrón para el oeste sacaban los aviones como tiro. Pero es diferente a tenerlos constantemente en el aire ya que hay que tener paciencia. El aviso que le dio Chile les ahorró cualquier cantidad de esfuerzo.

“LA AVIACIÓN NO GANA LA GUERRA, LA GANA LA INFANTERÍA”.

¿Qué sintió cuando le informaron acerca de la rendición? Alivio, tristeza por los caídos, etc.

Se veía venir. Malvinas demostró que casi todos los niveles de mando respondieron  positivamente. Lo que fue espantoso fue la conducción superior. En pocas palabras: Malvinas se perdió por la conducción superior que estaba en las islas. Ya sea Almirante Brigadier y General. Un desastre por que no cumplieron la doctrina, eso es lo que yo nunca llego a entender. Malvinas se defendió como una cáscara de cebolla, el que pasaba la cáscara listo. Cuando se produce el desembarco, lo que dicen todos los libros, es que vos nunca podes dejar desarrollarlo, nunca.

«En lo que son las relaciones humanas se crea una relación familiar». crédito: Gaceta Marinera http://www.institutoaeronaval.org/Malvinas/Malvinas/1ra.-Escuadrilla-Aeronaval-de-Ataque.html

¿Usted qué hubiese hecho?

Lo lógico ahí hubiera sido mandar la mejor unidad que teníamos, que era la unidad de Infantería de Marina número cinco a parar el desembarco. Pero decidieron pararlo con la aviación, y con esta no se para a menos que le pudiéramos tirar una bomba nuclear. La aviación no gana la guerra, la gana la infantería. Además se habían descubierto las veinte unidades que se aproximaban, no nos agarraron por sorpresa. Había que destacar fuerzas terrestres y así evitar quedarse esperando a los ingleses como se hizo. Estuvo mal dirigido. No es que hubiéramos ganado, pero  no hubiéramos perdido así.

 

“HUBIESE HECHO LO MISMO QUE HICIERON LOS INGLESES CON EL BELGRANO”.

¿Qué opina sobre el hundimiento del ARA General Belgrano? ¿Si hubiese sido un buque inglés, no lo hubiese hundido?

Si, hubiese hecho exactamente lo mismo. Primero hay cuestiones que vienen con lo que significó la guerra de Malvinas, para Margaret Thatcher. Hacía treinta y seis horas que el submarino venía siguiendo al crucero y sabía todos sus movimientos. Primero había venido, después se había ido y en todo ese viaje decidió disparar porque se estaban avecinando cosas diplomáticas que por ahí podían jorobarla. Entre ello Pérez de Cuellar con Perú, y el hecho de que la sociedad la viera como un emblema fuerte. Entonces dispuso no dar marcha atrás. En realidad la guerra es muy difícil porque hay que tomar decisiones que uno las mide en número y son personas.

 

¿Cómo se siente usted siendo veterano de guerra, como lo ve la población, sus camadas?

Voy a responder por etapas. Primero responsable de haber perdido la guerra. Cuando volvimos acá los que perdimos la guerra fuimos los que estuvimos allá, no los que estuvieron acá. Con el correr del tiempo una indiferencia sobre algo que no se quería tocar. El resultado de esa indiferencia fueron las pérdidas de veteranos que necesitaban atención y no la tuvieron. Ahora que de a poco se está haciendo un reconocimiento, me siento un poquito  mejor, esto ayuda un poco, pero se hizo muy tarde. Personalmente y con la escuadrilla, orgullosos de ser veteranos de guerra.

Tras quedarse pensando un instante y cuando parecía que  se había quedado ya sin palabras, Molteni sonriendo, se refiere al hecho de haberle tocado como Comandante y aclara: “¿Sabes qué? no hay nada mejor que eso”.

«El Aermacchi al lado del Harrier no existe». crédito: Gaceta Marinera